lunes, 3 de mayo de 2010

UTIEL – REQUENA, EL PARAÍSO DE LA BOBAL

Tras el azul mar mediterráneo de las costas de Valencia y en dirección Oeste por la autovía A-3, surcamos una travesía hacia la meseta castellana, pero sin abandonar los lindes de la provincia y a escasos 70 km. de la capital del Turia, encontramos que los tonos verdes de la huerta se tornan rojizos y marrones.

Estamos ante un mar de viñas, viñas que nos sorprenden con los diferentes colores dependiendo de la estación del año en que nos encontremos, pero siempre sobre una tierra que alberga uno de los tesoros naturales del mundo vitivinícola, la variedad Bobal.

En esta altiplanicie sembrada de plantas, cuyos frutos son el origen del néctar de los dioses, encontramos los municipios de Requena y Utiel, grandes productoras de vino, encontramos grandes bodegas. Bodegas jóvenes y no tanto pero arraigadas sobre una misma labor, la elaboración de vinos.

Los vinos de esta zona, apreciados desde antiguo, denotan un carácter inusual y único en el mundo, la frescura y la frutalidad. Desde antaño la producción de rosados ha sido práctica habitual en la zona, siendo quizá el vino rosado que más color atractivo nos recuerda a la entrada de una fresca primavera.

Los tintos jóvenes y los de guarda, nos presentan colores persistentes y aromas frutales, invitándonos a consumir un líquido de gran aroma y persistencia en boca. El trabajo de sus gentes bien merece un trago de buen vino en nuestras bocas, para recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos.

La uva Bobal, considerada antaño una uva para dar color y aromas a vinos jóvenes y frescos, hoy compite con las mejores variedades mundiales para hacerse un hueco importante en el mundo vinícola, además si unimos el carácter de la zona, con gentes amables y sobre todo a un paisaje único, podemos decir que la joya de la corona ya no es una consorte y acaba de afirmarse en el reino de las variedades.

No solo Utiel-Requena es vino, sus famosos embutidos de la zona invitan a disfrutar de jornadas placenteras en todas las épocas del año, disfrutando de los parajes hacia el sur o el oeste, siendo punto de partida para excursiones por los ríos Cabriel y Júcar, vistando parajes como el embalse de Benageber, surcando los pueblos como Sinarcas para llegar a la comarcas altas de la província, vistando las pedanías aledañas que esconden tesoros naturales, …

Y si algo no se puede dejar de visitar son las bodegas que se encuentran en la comarca, las hay modernas, tradicionales, históricas, sorprendentes, … pero si algo tienen en común es que elaboran el fruto de la tierra y que tienen los brazos abiertos a los viajeros que quieren disfrutar de sus aromas, sus artes, su amabilidad y sobre todo de sus vinos.

 

Javier Prats Valero, Manises (Valencia)

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