lunes, 3 de mayo de 2010

TU ROSTRO EN MI VINO

Cuando entró al restaurante, solo me animé a observarla a través de mi copa del cristalino blanco Macabeo. Funcionó. Se dio cuenta y me sonrió. Nos enamoramos. Ya pasaron dos años, hoy le propondré matrimonio (Si es que me atrevo). Coraje! Puse la copa de blanco Albariño delante de mis ojos, y pregunté. Pude observar su rostro a través del vino. Dijo…. SI.

Daniel Kienigiel, Santa Cruz de la Sierra (Bolivia)

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